Nadie te salvará.
Nadie puede salvarte
de ti misma.
Nadie ahuyentará
tus fantasmas
ni disipará tus dudas;
no pelearán con tus monstruos
ni derrotarán
a tus enemigos íntimos.
Solo tú conoces el saldo
que te ha dejado la vida,
las deudas
pagadas a plazos
por cada intento fallido,
las heridas infringidas
en cada caída.
Solo tú sabes el precio
que por cada experiencia
se cobra la vida.
