Nos veremos al final del puente
llevaré una paloma blanca,
blanca como tus dientes;
tú llevarás un pañuelo de seda rojo,
rojo como tus labios ardientes.
Al verte en mitad de la niebla
te pediré que me beses en la frente
y tú fogosa, enamorada,
me pedirás que bese tu cuello,
tu palpitante pecho
y el volcán de tu ombligo
del que emanan lavas de deseo.
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